Frecuentemente nos preguntan ¿Por qué el Mangostino de Oro? y hay quienes al escuchar “mangostino” lo relacionan con la familia de un famoso crustáceo. Cuando aclaramos que se trata de una fruta, las expresiones cambian y dicen que seguramente es un primo hermano del delicioso mango. ¡No son exageraciones! Pero la verdad nos gusta que eso pase porque es ahí cuando nuestro Presidente, Bladimiro Molina Vergel, comienza a sorprender a sus contertulios con un poco de la historia de este exquisito bocado de dioses.
Pues bien, el mangostino o mangostán es nativo de las Molucas, también llamadas Islas de las Especias, ubicadas en la parte oriental de Indonesia. El árbol puede medir unos 6 m de altura y el fruto también varía de tamaños, dicen que incluso, puede alcanzar el de una naranja. Cuenta la historia que esta fruta era la favorita de la Reina Victoria y por ella, pagaba muy bien a los viajeros que se animaban a calmar sus antojos. En el contexto local, los mariquiteños cultivan la fruta desde finales del siglo XIX y aunque comparte tierras con limones, mandarinas y aguacate, el mangostino es quizás el que se roba la atención de los turistas.
Aunque en Colombia el mangostino se da principalmente en tierras mariquiteñas, se ha empezado a cultivar y a comercializar en otras ciudades colombianas y por lo menos su figura, ya no es extraña para muchos, aunque siga quedando la duda de si vale la pena comerlo.
Apreciar el árbol cuando florece para anunciar la llegada de tan preciado fruto, es realmente una maravillosa obra de arte. Luego es cuestión de esperar unos dos o tres meses y podemos tener un mangostino en la mano y al tocarlo, es como si se tratara de una pequeña obra de arte, hecha en fina madera, con perfecta forma redonda y un contraste entre el oscuro color de su corteza y el verde de sus hojas, las que parecieran formar un bello sombrero. Sí, un gorrito, una tapa, como si se tratara del seguro de un estuche que contiene con fuerza el aroma y sabor de una invaluable joya resguardada en su interior. Y es que abrir el mangostino tiene su técnica: Se quita la parte superior (el sombrerito), se introduce el dedo pulgar en ese pequeño orificio y hacia el lado se abre su gruesa corteza, la que deja ver un centro blanco con gajos que parecen de algodón. Su olor despierta un montón de sensaciones y al probarlo… olfato y gusto se ponen de acuerdo en que su exquisitez, provoca comerlo una y otra vez.
Es tan apetecida esta fruta que en época fuera de cosecha, la cual se da en enero y junio, es muy difícil encontrarla, pero al caminar por la vía Mariquita-Honda, algunas reservas lucen exhibidas por unidades o en paquetes, de cuya venta derivan su sustento varias familias que saben que constantemente, llegan turistas atraídos por “la pepa”.
El mangostino ha sido considerado el más delicioso de los frutos tropicales y varios investigadores han ratificado que sirve para quitar estrías y celulitis, que previene el colesterol, que tiene propiedades terapéuticas y antioxidantes; que está cargado de vitaminas y que hasta arregla matrimonios, pues se le atribuyen PODERES AFRODISÍACOS.
Para que salga de la duda, visite a San Sebastián de Mariquita, la capital frutera de Colombia y tenga como tarea probar este rico fruto, pues se dice que en Mariquita, la felicidad sabe a mangostino. ¡Ah! y ojalá sea del 17 al 19 de agosto próximos, porque en el 23 Festival Nacional de Música “Mangostino de Oro”usted tendrá razones adicionales para ser FELIZ. #EnMariquitaNosVemos